
Es tiempo muerto en la ciudad,
el
sol acaricia las verdes hojas de los árboles serenos y gozosos. Una
que otra paloma se acerca buscando las migajas en la vereda de un
bar. Camino sin rumbo por las calles vacías en un martes extraño
de fiesta patria. Miro las paredes aun húmedas donde una araña
teje su esperanza y el colibrí ignora los musgos para darle besos
de amor a una margarita. Todo me sabe a primavera en éste otoño
que niega su presencia. Esquivo mis escombros y mi sombra vulnerando
los motivos de ésta estancia que carcome la mente por las noches. Dejo
que la brisa acaricie mi rostro y los senderos que marcan mis
arrugas. ¡No me pregunto!, no quiero preguntarme, es un día
necesario para esconderme del dolor y la desdicha. Mirar en la
hierba como duermen las gotas de rocío extasiadas de placeres y de
sueños. Pensar en tus manos blancas en tus ojos de luz y de
esmeraldas. Recordar tus gemidos y susurros tu piel nacarada, tu
beso indestructible. ¡No me pregunto!, no quiero preguntarme. No
me detengo ante el paso del mendigo No miro los pies de los niños de
la calle Dejo que me abrace el ruido de mis pasos sin otro
pensamiento que las hiedras de la nada. No rezo ni blasfemo, ni me
hago cargo de los burdeles enllamados del infierno. Hoy es un buen
día para pensar en ti para escapar de los muros de mi cárcel para
escribirle una carta a mi destino para agregar una posdata a mi
existencia.-
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Publicado por Walter Faila para Poemas
a una Mujer el 5/25/2010 10:18:00 PM
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