I
Llora el arpa dorada y ardiente las melodías de hondas tristezas. Los lamentos de la pobre alma detrás de un espejo quemado. la carga en sus notas grises de todo el dolor del misterio, una falsa tentativa de alejarse de las sombras y de los llantos, de las alas grises de la muerte que la acarician sin límites.
II
Desbarata los paisajes insípidos que sus tensas cuerdas ahora dibujan en sus oníricas nubes. Llorando arpa dorada, truena fuerte que él está dormido y no escucha, no siente, no se inmuta, no nada. en la constelación, vibraciones angustiosas y frías de la muerte. toca hoy toda tu fúnebre música entre fuegos y ritos milenarios.
III
¿Que te quema y qué te arrastra? Es un solo de notas quebrantadas, comparte con él ausencia y la nada llorando arpa de ensueño y de hadas todo el canto hecho hiel fermentada. Gime arpa lenta, suena pesada los mares muertos de su olvido. Haz que de tus cuerdas escapen el crepitar de tus hilos muertos y de todas tus notas adoloridas.
IV
Sujétate esta noche fría en hebras sobre su cadera, sin inocencia. Apóyate al hombro muy suavemente, con pulsaciones que te exijan poner en él tu sueño, tu ansía consagrada. Que cada cuerda sea apagada antes de excitarte en la siguiente. crea entre sus manos el poema y suene él entre agudos y graves. regálale las notas del amor que nace.
V
Que sus uñas ágiles saquen de ti la belleza de tu voz y de tu timbre. En ríos de melodía líquida y alba muere coagulada, ahí desgárrate. Rompe el silencio del que ya yace entre las sabanas como dormido. llora en la melodía del arpa de oro todas las piezas de sus espejos que idos formaron los caídos sueños en los campos de los vencidos.
VI
Desnuda las notas hoy patéticas, ofrécele los acordes a tu amado el mejor de todos los conciertos haz que tu vibrar mueva las hojas entre los escombros de su cuerpo. Adormécele las aguas, la tierra, el polvo, las rocas… y el viento. Llorando en el firmamento esta noche la armonía de todos tus versos en ausencia de su cuerpo ardiente.
VII
Seca las fuentes de miel naciente los vientos de los mares, las olas con poderosa furia de la espuma roja que todas las cuidades de la muerte y sus fantasmas ¡despierten ahora! como en un principio las nubes alzadas reinen solas y grises en las tinieblas. Sumérgete en onírico mundo pasmado inhóspito , frío, sin los colores de la vida sin amor esperando el camino de nada.
VIII
Llora arpa mutilada por arte de Apolo, que el firmamento sea un lienzo oscuro en donde se esconda la risa que fornica en las estrellas y las orgías de la luna. Vibra sonora para que tu amado sienta como tú lo incitas al amor, quebrándole de placer hasta el último de sus huesos Apodérate de su desnudo y dulce cetro el concierto de las verdades ignoradas flagrante canto de amor que ensordece.
IX
El sonido de un corazón grita herido la etérea melodía de un arpa de amor que se encuentra entre las roja llama en la tristeza de un fugaz romance que corto asesino sus alas doradas. Vibra fuerte en la eternidad del tiempo desgasta las aguas que lloran los montes en torrentes de sangre hasta sus faldas Que el amante dormido sienta su fuerza y sepa que vives preñada de tristezas.
X
Arpa de oro, fúndete entre las flamas navega entre las nubes del infierno suena fuerte, envuélvelo en humo hasta que tus cuerdas de celos, revienten. Haz sonar tus gemidos, en ágil concierto del celo de una hambrienta loba herida y en el vaso ceremonial del desesperado él absorba la última gota de tus fluidos relamiendo el amor entre tus cuerdas que alzan sus notas floridas al viento.
XI
Suena arpa de los ensueños celestes rompe los silencios detrás del espejo quémalo, y él se despierte sabiéndolo como rey y dueño de todos tus sueños. ¿Que te condena a vivir entre muertos? Un sótano de ilusión que se desgasta en el tiempo, en el jardín, en la pradera, en las cuevas y las heladas montañas. Atravesando la penumbra de las sombras se recueste en las avenidas quebradas.
XII
Con voz furiosa lanza sostenidas notas consúmala con un fuego que le abrase demuéstrale tu poderío, toda tu realeza sublévate a su terrible e ingrato olvido. Revienta las lunas rojas y el viejo espejo que todas sus riveras se viertan sobre ti Arpa transmutada en carne y hueso hueco ahógate en el etéreo teatro de delirios con los llantos absurdos echa tu sangre para que se escuchen ágiles los sonidos. Por el camino de los años que ya nacen y muere insaciable amándolo en sueños.
JEM WONG 05.02.2005
“El alma tiene ilusiones, como el pájaro alas. Eso es lo que la sostiene”. Victor Hugo (1802-1885)
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