Qué sabes tú… de amor, de lealtad, de sacrificios Cuando solo proteges y resguardas las espaldas Qué sabes tú… de las tijeras que me destrozan el alma Qué sabes tú… del color oscuro que tiñe hoy de mis versos
Cuando deseo danzar y mis pies clavados yacen al piso Qué sabes tú… del éter perfumado y puro de mi alma Cuando esta agoniza callada dentro de su ánfora Qué sabes tú… Retórica eterna de melodías ensordecedoras
Clamor de un corazón que agónico añora un "Dios te guarde" Cautiverio oscuro que sofoca y asesina entre las sombras Infierno que se abre bajo los pies, arrastra y traga
Lluvias de meteoritos de fuego que desollan la piel del rostro Sangre que se vierte incesante de mis cuencas desgastadas Campo lleno de hojas que aplastan las infernales bestias
Qué sabes tú… Del mágico sonido de las esferas en el cerebro Qué sabes tú… de las huellas que he dejado a mi paso Qué sabes tú… conductor de brillosos carros de fuego Cuando soy incendio de las entrañas de este sucio mundo
Cuando soy volcán inmenso que despierta y se pronuncia furioso O cuando soy viento tibio que desata tempestades O cuando soy suculento manjar de uno y mil dioses exaltados O cuando soy el rítmico salto de emociones intensas
Qué sabes tú…de la virtud de tener fé, dignidad y conciencia Qué sabes tú…si perturbaste el destino sin inmutarte siquiera Qué sabes tú… de quién dormirá en mis palacios
Si arrancaste un juramento despiadadamente injusto Si abandonaste mi alma en pleno gélido invierno Si solo huiste y soltaste mi mano dejándome a merced de los perros