Escrito al cruzar el Río Amarillo
en dirección de Qing-he
Wang Wei (699-761)
El barco se hizo a la vela en el gran río;
sus henchidas aguas se dilatan hasta el borde
del cielo,
El cielo y las olas abruptamente se separan:
son los miles de casas de la capital del distrito.
Más adelante, puedo ver el mercado
y vislumbro apenas la morera y el cáñamo.
Me vuelvo para contemplar el terruño:
el inmenso torrente alcanza las nubes.