Te digo ¡SÍ!
Te digo ¡SÍ!
Pero no logro encontrarte
Te digo ¡SÍ!
Sin embargo,
pareces no querer escucharme.
Y mientras veo tu deliciosa sonrisa
Te digo ¡SÍ!
Para que tú solo te conviertas
en un Dios congelante,
inalcanzable.
Digo de mi inquietud,
la cual me arde.
Pido la Libertad de poder perderme
en ti un instante…
Sin pertenencias,
sin posesiones
y grito ¡SÍ! Mil veces ¡SÍ!
Dame tu mano,
marca mi centro
que estoy desnuda frente al espejo
que me dice que ya no soy cobarde…
No llevo trajes y me despojo de mi linaje
Solo hay piel…
Mi piel que grita tu nombre,
pero no consigues o no quieres escucharme.
Te digo ¡SÍ!
Mientras la piel desearía arrancarme
Para que así pudieses sentir la sangre
que me quema,
que me arde…
El universo entero te lo ofrecía en besos,
pero pareces no escucharme
Te digo ¡SÍ!
Y ni siquiera puedo tocarte.
La inquietud llena de sombras la noche
te espero para solo extraviarme,
porque no logro hallarte
Te digo ¡SÍ!
Y el eco de ese ¡SÍ!
parece asfixiarme,
mientras se repite como zumbido de millones de abejas agonizantes
que se confunden en el aire…
Repito mil veces tu nombre
frió Rey
que permaneces hoy tan distante…
Mientras las montañas se elevan hacia el cielo
para alcanzarte.
Mientras los ríos se desbordan
convirtiéndose en cristales
que parecen destrozarme.
Te digo ¡SÍ! mil veces ¡SÍ!
Entre tormentas que despiertan mis sentidos,
Te reto a una lucha encarnizada
Ven, doblega mis fronteras
piérdete en mí como en un abismo,
tan solo por un instante.
Y dime ¡SÍ! mil veces ¡Sí!
Mientras te hundes entre mis carnes.
FANNY JEM WONG
07.05.2004